Resolución

La resolución de la imagen digital la definiremos como el número de píxeles por unidad de longitud. La unidad de medida estándar más utilizada es la pulgada que equivale a 2,54 cm.

El archivo de datos binarios que genera el sensor de nuestra cámara tiene que ser interpretado por un dispositivo que genere una imagen visible, y en este punto del proceso podemos optar bien por una impresión gráfica mediante tintas, o bien por mostrarlo en una pantalla de ordenador.

El sistema de impresión es el que más influye en la resolución y nitidez de la copia, puesto que el usuario puede elegir el tamaño final de la imagen impresa, y la elección del formato de impresión puede hacer que un mismo archivo presente una aceptable resolución visual o que por el contrario nos parezca una fotografía con menor grado de definición.

La clave de la cuestión reside en el hecho de que un archivo digital contiene un número fijo de píxeles originales según el tipo de sensor utilizado. A la hora de realizar una copia, este número fijo de elementos de imagen se puede distribuir en una superficie de mayor o de menor tamaño, pero el número total de elementos de imagen será el mismo en ambos casos. Por lo tanto a medida que aumente el tamaño de la copia impresa, el número de píxeles que se ubicarán en cada pulgada de la superficie del papel será menor, y el ojo los percibirá como más difusos, restando con ello sensación subjetiva de nitidez.

Debemos distinguir entre resolución de entrada (la imagen digital) que se define en píxeles por pulgada (ppp o ppi) (Pixels per inch) y la resolución de salida (monitores, impresoras,...) que se define en puntos por pulgada (dpi) .. La resolución de salida de imprenta se define en líneas por pulgada (lpi). Los valores de la resolución de entrada no necesariamente se corresponden con los de salida.

Cada dispositivo de salida puede dar una resolución máxima a partir de la cual por más píxeles que incluyamos en una pulgada de imagen no obtendremos mayor definición en la imagen.

Esto quiere decir que para imprimir en una impresora de tinta cualquier imagen impresa que tenga más de  300 ppp no va a experimentar ninguna mejoría respecto a la que sólo tenga 300 ppp. Por el contrario, si disminuimos la resolución por debajo de 150 ppp sí que observaremos a simple vista una pérdida de definición en la imagen impresa.